sábado, 5 de abril de 2025

Dimensiones - Familia multiespecie

 Por Uriel Escobar Barrios, M.D.

 En las últimas décadas, el concepto de familia ha evolucionado, dando paso a nuevas formas de convivencia donde los animales de compañía ocupan un lugar central. 

Esta transformación ha dado origen a la "familia multiespecie", un concepto que describe la coexistencia entre humanos y animales bajo el mismo techo, con un fuerte lazo emocional y afectivo. 

¿Por qué ha crecido esta tendencia y qué implicaciones psicológicas y emocionales tiene para quienes viven solos con lo que hasta el momento se había denominado ‘mascotas’? En primer lugar, los cambios en las estructuras familiares han llevado a que más personas vivan solas, ya sea por elección o por circunstancias de vida. Paralelamente, las sociedades modernas han visto un aumento en la urbanización y en el estrés derivado de un ritmo de vida acelerado, lo que ha incentivado la búsqueda de compañía en los animales. 

Otro factor clave es el acceso a información sobre los beneficios de la tenencia responsable de mascotas y la concienciación sobre su bienestar. Además, la humanización de estos seres vivos, impulsada por la industria del cuidado animal y la cultura popular, ha contribuido a que estos sean vistos no solo como compañeros, sino como miembros de la familia.

Para las personas que viven solas, los animales domésticos pueden ser un importante sostén emocional. En términos psicológicos, la presencia de uno de ellos puede reducir la sensación de soledad y mitigar síntomas de ansiedad y depresión. 

La interacción estimula la producción de oxitocina, una hormona relacionada con el apego y el bienestar, y reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Desde una perspectiva emocional, el vínculo con un animal puede ofrecer una sensación de propósito y responsabilidad, lo que ayuda a mantener rutinas y a generar estabilidad; adicional, el contacto físico y la comunicación no verbal pueden ser una fuente de consuelo y seguridad, especialmente en momentos de crisis o duelo. 

Las personas que establecen una relación profunda con estos compañeros de vida suelen desarrollar una gran empatía y sensibilidad. Sin embargo, en algunos casos, una dependencia excesiva puede reflejar dificultades en la interacción social con otros humanos. 

Algunas personas pueden experimentar un apego exclusivo a su animal, lo que podría derivar en una tendencia al aislamiento o en dificultades para establecer vínculos humanos profundos. 

En ciertos casos extremos, la relación puede convertirse en un sustituto de la interacción social, lo que podría afectar el desarrollo de habilidades sociales y emocionales. Si bien el vínculo con los animales aporta beneficios en lo afectivo y psicológico, es importante que las personas mantengan un equilibrio entre su relación con ellos y con sus congéneres, para garantizar un bienestar integral. Los animales de compañía pueden ser un gran apoyo, pero su rol debe ser complementario, no sustitutivo. www.urielescobar.com.co

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