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viernes, 22 de noviembre de 2024

Dimensiones - La dignidad humana

 Por Uriel Escobar Barrios, M.D.

Los seres humanos son iguales en dignidad y en derechos. El desarrollo de cualquier sociedad moderna no se puede seguir midiendo por su PIB, que es el valor total de los bienes y servicios producidos por un país durante un período determinado, ¡no! 

Lo fundamental debe ser la garantía de condiciones de vida digna, el respeto de los derechos fundamentales, la aceptación incondicional de la persona humana sin ningún tipo de distinciones por sexo, etnia, situación económica o sistema de creencias. 

Esta consideración, que en apariencia es fácil de comprender, ha sido ignorada a lo largo de los años; se puede apreciar en los conflictos que han acompañado a la humanidad, por ejemplo, en la Guerra del Peloponeso (431–404 a.C.), que enfrentó a Atenas contra Esparta y sus aliados; y, más recientemente, en la terrible conflagración que enfrentó a naciones poderosas como Alemania, Estados Unidos, Italia, Japón, Reino Unido y la Unión Soviética entre los años 1939 y 1945, la llamada II Guerra Mundial, ¡que cobró la vida de entre 70 y 85 millones de personas! 

De hecho, uno de los episodios más horrorosos de este conflicto fue el genocidio sistemático contra los judíos por parte del régimen nazi. Entonces, como no hemos aprendido la lección, la seguimos repitiendo, y en este momento asistimos con incredulidad a los enfrentamientos entre Rusia y Ucrania e Israel, Palestina y otros países como Irán. Un elemento común de los conflictos entre naciones es la no aceptación del otro, la estigmatización por pertenecer a una religión distinta, por tener un credo político, en síntesis, es la incapacidad para entender que los seres humanos son distintos y que es en esa diversidad donde debe radicar el verdadero desarrollo de los individuos y las comunidades.

La lucha por el respeto de la dignidad del ser humano debe ser prioritaria en la agenda de cualquier negociación o diálogo entre naciones, esto debe conllevar –por supuesto– que los países adquieran el compromiso de respetar las libertades religiosas, políticas, de etnia, de orientación sexual y de reconocer la diversidad característica de cada individuo que conforma nuestra especie. 

El estigma, que es la desaprobación social o discriminación hacia una persona o grupo debido a ciertas características, comportamientos o condiciones que son percibidos como diferentes o negativos, es uno de los mayores obstáculos que debe superar la civilización actual si se pretende lograr un verdadero desarrollo social.

Un llamado al reconocimiento, a la aceptación y el respeto a la diferencia es el que está haciendo para los días 22 y 23 de noviembre la Red Internacional para la Reducción del Estigma, en el marco de su I Congreso Internacional para la Reducción el Estigma, cuyo eslogan es “El respeto a la dignidad humana en el contexto actual: una mirada a los principales desafíos”. Esa debe ser una de las preocupaciones de las organizaciones sociales: luchar por la dignificación de la vida humana.  www.urielescobar.com.co

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