JUNIO 26 DE 2024 (Foto: Cárder) |
La capacitación abordó el uso de tecnologías de monitoreo acústico pasivo para la conservación. La iniciativa busca empoderar a las comunidades locales en el proceso de investigación y manejo de áreas protegidas.
Un taller especializado en bioacústica se llevó a cabo en el Centro de Visitantes de Planes de San Rafael, ubicado en Santuario, con la participación de 25 representantes comunitarios del Distrito Regional de Manejo Integrado (Drmi) de la Cuchilla del San Juan, además, de algunos representantes de otras áreas protegidas. Este evento, desarrollado durante cuatro días, tuvo como objetivo principal contextualizar la bioacústica y su aplicación en el monitoreo de las especies identificadas como valores objeto de conservación (VOC) en las áreas protegidas.
El taller se centró en fortalecer los conceptos básicos de bioacústica y familiarizar a los participantes con términos técnicos, facilitando su comprensión y manejo. También se introdujeron las tecnologías de monitoreo acústico pasivo, destacando su utilidad para la grabación y análisis de sonidos de la fauna silvestre, particularmente aves.
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“Durante estos cuatro días, hemos trabajado con talleristas profesionales y muy capacitados, recibiendo formación sobre el uso de grabadoras para instalar en campo. Estas grabadoras, que estarán en la Cuchilla durante quince o treinta días, nos permitirán monitorear especies que a menudo no podemos escuchar ni ver en campo, mejorando significativamente los índices de especies registradas”, dijo Daniel Mejía, integrante de la Organización Paimadó de Pueblo Rico.
Durante las sesiones prácticas, los asistentes tuvieron la oportunidad de usar grabadoras para realizar monitoreos y analizar datos acústicos. Además, se presentó un panorama general de las herramientas de análisis disponibles, resaltando la importancia de la información recolectada y los requisitos para su análisis posterior.
El consultor de WCS Colombia, Camilo Loaiza, señaló que, aunque inicialmente puede ser difícil para las comunidades apropiarse de estas tecnologías, una vez comprenden su utilidad, la motivación y adopción aumentan significativamente.
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“Todo esto al final termina haciendo que el ejercicio de la conservación de la biodiversidad sea un proceso socialmente aceptado y adaptado a las condiciones de los que habitan los territorios”, añadió Camilo Loaiza.
Para asegurar la apropiación efectiva de estas tecnologías, la Cárder, WCS Colombia y Fecomar asumen el compromiso de ofrecer capacitaciones continuas, soporte técnico permanente, resaltar los beneficios obtenidos, involucrar activamente a las comunidades en todas las etapas del proceso de investigación, adaptar cultural y contextualmente los métodos utilizados.
El uso de tecnologías de bioacústica en el monitoreo de biodiversidad mejora la calidad de los datos recolectados y promueve una mayor participación comunitaria en la conservación, logrando resultados sostenibles y una integración social efectiva en los esfuerzos de conservación de la biodiversidad.
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