El llamado es a los ecoturistas para que no lleven perros a las áreas de conservación porque los detritos, las disposiciones, las pulgas y muchos de los patógenos que ellos puedan llevar los están dejando en los bosques y están contaminando la fauna.
Mayo 30 de 2024. Así lo denunció el director de la Cárder, Julio César Gómez Salazar, en rueda de prensa, al indicar que en las últimas semanas ya se han presentado cuatro casos de ataques de la jauría de perros, dejando como víctimas a cabalos, mulas, y a otras especies.
El funcionario indicó que el último caso se presentó esta semana en el Santuario Ucumarí, Otún Quimbaya, cuando la manada de perros atacó a una danta de páramo o tapir, dejándola con graves heridas y sin una de las orejas. "Afortunadamente logramos rescatarla y está siendo sometida a diferentes procedimientos para intentar salvarla y devolverla al hábitat", expresó Julio César Gómez.
Explica que estos perros denominados ferales, que no es otra cosa que luego de haber sido domésticos, son abandonados por sus dueños, y para sobrevivir se van convirtiendo en salvajes, se juntan, y atacan en manada para conseguir el alimento a toda costa.
Aunque parezca una película, es una realidad que se está viviendo en las áreas protegidas del departamento de Risaralda para lo cual la Cárder inició acciones inmediatas para recoger estas especies ferales de los ecosistemas estratégicos y llevarlas a los cosos municipales.
De igual manera pidió a los dueños para que también hagan un control de estos perros porque si no se hace las víctimas, el día de mañana, pueden ser los seres humanos.
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