Por Uriel Escobar Barrios, M.D.
Sobrevivir es un reto que debe asumir en el día a día un individuo que pertenezca a cualquiera de los reinos en que se clasifican los seres dotados de vida.
En el caso de las plantas, desde que germina la semilla que le da
origen, esta se ve enfrentada a factores adversos como las temporadas de lluvias o sequías, a la búsqueda de luz, de nutrientes y, adicionalmente, a la defensa de otros seres que se alimentan de ellas.En los animales la lucha es igual, y por eso la capacidad primaria que desarrollan es la función para mantenerse vivos tanto individual como colectivamente ante cualquier circunstancia, por muy adversa que esta sea. El ser humano, además de tener incorporado genéticamente mecanismos de supervivencia, ha dado un salto evolutivo fundamental: el desarrollo de la inteligencia, que le permite ser consciente del majestuoso milagro de su propio existir.
El gran regalo que recibe el individuo humano se podría afirmar que no es gratuito; debe pagar un precio que para muchas personas sobrepasa sus capacidades: vivir en armonía consigo misma y evitar el sufrimiento de estar y sentirse parte de un conglomerado de semejantes y de una sociedad que puede percibir como hostil.
Una de las razones por las cuales se explica, desde el punto de vista epidemiológico, la alta tasa de suicidios en el mundo (más de 700 000 en un año) y en Colombia (1 823 de enero a julio del 2023) es la incapacidad de los seres humanos para gestionar de manera asertiva los estresores que les plantea la vida. Un ejemplo de esta limitante fue lo ocurrido recientemente en la ciudad de Pereira: un joven de 23 años se suicidó, según las personas allegadas, porque no fue convocado para representar al departamento de Risaralda en la Selección de Voleibol durante los XXII Juegos Deportivos Nacionales.
Este hecho doloroso fue seguido por el suicidio de una de sus mejores amigas, que apenas contaba con 21 años de vida, quien le comentó a uno de sus seres queridos que tomaba esta decisión porque no soportaba lo sucedido y, además, porque era la forma de acabar definitivamente con la depresión que la aquejaba desde hacía algunos meses.
El suicidio en personas cada vez más jóvenes ha sido una alerta que la Organización Mundial de la Salud ha dado en la reciente conmemoración del Día Internacional de la Salud Mental. Insta a los países miembros a que incrementen las acciones preventivas, encaminadas a afrontar el duro reto de salvar la vida de tantos seres humanos que se encuentran en un nivel de sufrimiento tan intenso, que consideran la muerte como única salida para una vida atribulada y sin propósito. Vivir duele, y una de las recomendaciones que dan los expertos en salud mental para mitigar este sentimiento es invitar a las personas a reflexionar sobre la valía que tiene cualquier forma de existencia.
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