Por Uriel Escobar Barrios, M.D.
Mens sana in corpore sano (mente sana en cuerpo sano) es una cita que aparece en la sátira X del cómico romano que vivió en el siglo II, Décimo Junio Juvenal (60 – 128).
Esta declaración apunta hacia un aspecto bien conocido desde hace mucho tiempo: no es posible la salud integral del individuo y de la sociedad si no hay un cuidado de todos los constituyentes que conforman al ser, en este caso, el cuerpo físico y el mental.
Los dos están íntimamente interrelacionados y, por eso, en las definiciones de los organismos internacionales, como la Organización Mundial de la Salud, OMS, la salud se concibe como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.
Sin embargo, cuando se analiza el porcentaje de recursos que los países de las américas destinan a la atención de problemas relacionados con la salud mental, se encuentra una diferencia abismal con los designados para las enfermedades físicas: ¡Se trata de apenas un 2.0 % del presupuesto global de la salud! Esta cifra demuestra que los problemas mentales se han invisibilizado, y las personas que los padecen siguen siendo discriminadas y estigmatizadas por el resto de la sociedad.
Los trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias psicoactivas, según la OMS, cobran un alto precio, ya que representan un 13 % de la carga mundial de la morbilidad general; por su parte, una enfermedad como la depresión equivale al 4.3 %, y se encuentra entre las primeras causas mundiales de discapacidad.
Ante este panorama, la Organización Panamericana de la Salud, OPS, denuncia que en muchos países de la región las personas con problemas de salud mental no tienen acceso a servicios de calidad, son sometidas a prácticas coercitivas, tratos inhumanos, y hacia ellas persiste el estigma, la discriminación y las violaciones de sus derechos humanos.
Por este motivo, el 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, con el objetivo de estimular el compromiso global con la concientización sobre los problemas de salud mental, lo que faculte una movilización de esfuerzos en pro de mejorar esta situación que afecta a tantas personas.
Este año el lema para conmemorar tal día es “Celebrar la Salud Mental como un derecho humano universal”. Se hace un llamado para entender que las personas de cualquier lugar del mundo deberían tener derecho a vivir con dignidad, equidad, igualdad, respeto, y esto incluye a aquellas con problemas en su salud mental.
En ese orden de ideas, “los países deben promover iniciativas regulatorias y normativas para apoyar la salud mental como un derecho humano universal”. Cuidar la salud mental es el eje para la construcción de un mundo más fraterno, solidario, incluyente y preocupado por las poblaciones más vulnerables.
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