Por Uriel Escobar Barrios, M.D.
El ser humano actual es el resultado de un largo proceso evolutivo, que se remonta a unos 315 000 años. Es el único espécimen sobreviviente que pertenece al orden de los primates y a la familia de los homínidos.
Su denominación de Homo sapiens (hombre sabio) es para hacer referencia al desarrollo exponencial que tuvo su cerebro y a los procesos cognitivos inherentes a él.
Si bien hay un origen común y todos los individuos de esta especie son iguales, no solo en su génesis, sino en los derechos que los asisten, ¿por qué, entonces, a lo largo de la historia han existido personas y grupos sociales que se creen superiores a sus congéneres? El reciente episodio ocurrido el 26 de agosto del 2023 en la ciudad de Jacksonville (norte de la Florida) es una muestra más de la intolerancia que se vive en muchos países del mundo.
Ese día, Ryan Christopher Palmeter, un joven de apenas 21 años, mató a tiros a dos hombres y a una mujer afroestadounidenses, después de haberlos seleccionado mientras estaban de compras en un almacén. ¿Cuál fue la motivación que tuvo para cometer tan atroz acto? Veamos.
Mientras disparaba en contra de estas personas, Ryan profería insultos racistas, decía que odiaba a las personas negras y, además, en una de las armas que utilizó había dibujado una esvástica (símbolo de identidad aria y orgullo nacionalista alemán).
En la casa de sus padres se encontraron proclamas en las que se declaraba supremacista blanco (creencia en la superioridad natural de los humanos con piel más clara). En EE.UU. esta doctrina tiene muchos adeptos que se identifican con los ultranacionalistas, racistas o fascistas, y utilizan con mucha frecuencia la violencia, el estigma y la discriminación.
El informe de la Gun Violence Archive, que hace un seguimiento a este tipo de hechos, que se presentan con tanta frecuencia en ese país, dice que en lo corrido del 2023 se han presentado 473 tiroteos, muchos de ellos por situaciones similares a las del caso en cuestión. La lucha por el reconocimiento a la igualdad de todas las personas sin distinción del color de su piel ha sido una constante de los defensores de derechos humanos, que han expuesto y hasta sacrificado su vida por lograr este ideal.
Precisamente, cada 28 de agosto se conmemora una fecha importante en la historia de la humanidad: ese día del año 1963, ante 250 000 personas congregadas alrededor de las escalinatas del monumento a Abraham Lincoln, en Washington DC, Martin Luther King Jr. pronunció el famoso discurso I Have a Dream (Yo tengo un sueño), en el cual dice, textualmente, en uno de sus apartes: “Tengo un sueño de que mis cuatro hijos vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter”.
Su vida, dedicada por entero a la lucha por los derechos civiles de sus congéneres, terminó de manera trágica cuando alguien intolerante lo asesinó el 4 de abril de 1968. Sin embargo, su mensaje no quedará en vano: todos los seres humanos son iguales en dignidad y en derechos, y esto debe ser preservado.
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