JUNIO 21 DE 2023 (Foto: Juan Alberto Rivera/El Blog del Ministro) |
Risaralda tendrá más de 146 mil hectáreas bajo la figura de protección ambiental, lo que equivale al 41 % del territorio risaraldense.
El Distrito Regional de Manejo Integrado “Cuchilla del San Juan”, fue ampliado a 29.652 hectáreas. Así lo dio a conocer, en rueda de prensa, el director de la Corporación Autónoma Regional de Risaralda, Cárder, Julio César Gómez Salazar, al anunciar que esto busca conectar a Risaralda con otras áreas protegidas para la preservación de 1636 especies de plantas y animales.
El equipo que trabajó en la ampliación del área estuvo conformado por la Cárder, WCS Colombia, el Instituto Humboldt, Naturaleza y Cultura Internacional (NCI), y la Federación Comunitaria para el Ordenamiento y Manejo de las Áreas Protegidas de Risaralda, Fecomar.
Con la declaratoria de ampliación se realizará la actualización del plan de manejo, que incluye actividades de fortalecimiento de la gobernanza, sistemas productivos sostenibles, implementación de una ruta de negocios verdes, turismo de naturaleza, forestería comunitaria, restauración ecológica y monitoreo de la biodiversidad.
Todo lo anterior, identificando oportunidades de beneficio local que aporten a la conservación y contribuyan a los medios de vida de los habitantes.
La ampliación de la Cuchilla del San Juan ha sido el resultado de un proceso de diálogo y concertación con las comunidades de Mistrató y Pueblo Rico, para ampliar la cobertura de protección en su territorio, preservando los procesos culturales y los medios económicos de vida de estas comunidades.
Área protegida
La Cuchilla de San Juan fue declarada como área protegida en el 2000 con una extensión de 11.039 hectáreas y en 2011 adquirió la categoría de Distrito Regional de Manejo Integrado (DRMI), que armoniza la preservación, la restauración y el uso sostenible por parte de las comunidades que habitan y tienen su medio de vida en estos bosques.
El área está ubicada en los municipios de Apía, Belén de Umbría, Pueblo Rico y Mistrató; desde 2020 se venía trabajando en ampliar el polígono del área protegida en 18.613 hectáreas, distribuidas así: 27% en Pueblo Rico y 73% en Mistrató.
El DRMI se conectará, hacia el norte, con otras áreas protegidas como el Distrito Regional de Manejo Integrado Cuchilla Jardín Támesis y la Reserva Forestal Protectora Regional Farallones del Citará en Antioquia, y hacia el sur, con el Parque Nacional Natural Tatamá y la Serranía de los Paraguas en el Valle del Cauca. Esta conexión ayudará a conservar la biodiversidad del país.
Además busca mantener la regulación y el abastecimiento de agua en la cabecera del río San Juan, el más importante de los ríos de la vertiente del Pacífico colombiano y el más caudaloso de la misma en Suramérica, además del sector occidental de la cuenca del río Risaralda, emblemático por hacer su recorrido de norte a sur en sentido contrario al resto de ríos en el país. De ellos dependen los sistemas productivos y los acueductos de las comunidades campesinas y urbanas en las dos regiones.
Flora y fauna
El Distrito Regional de Manejo Integrado donde habitan comunidades campesinas, es un área de alto endemismo de especies de fauna y flora, algunas en peligro de extinción.
Se registran 1636 especies dd plantas y animales (724 de flora 912 de fauna), de las cuales 116 son endémicas, es decir, con distribución restringida para Colombia.
Según la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, 307 tienen tendencia poblacional a decrecer, 53 están en Amenaza, 8 en Peligro Crítico, 18 en Peligro y 27 son vulnerables.
En el área se encuentran el oso andino, el puma y aves de interés para el turismo de naturaleza como la tangara aurinegra y la bangsia de Tatamá.
Acuerdo de voluntades
WCS Colombia suscribió un acuerdo de voluntades con la organización ambiental Rainforest Trust para la implementación de acciones de manejo en los próximos tres años, las acciones a ejecutar son:
1. Reducir las interacciones negativas con especies de carnívoros que han sido identificados en la zona, específicamente el águila y el puma.
2. Implementar prácticas sostenibles en los sistemas de producción, mejorando las condiciones económicas y brindando seguridad alimentaria a las comunidades.
3. Desarrollar un ordenamiento para el turismo de naturaleza en la zona, la cual cuenta con un significativo potencial.
4. Monitorear los objetos de conservación como una estrategia que permita medir la efectividad de las acciones desplegadas para su protección.
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