Se esperaría para 2023 un crecimiento proyectado de 2.8% con inflación del 7% y una disminución del déficit fiscal cercana al 5% del PIB sin fondo de combustibles.
Los principales retos económicos que debe asumir la administración del Presidente Gustavo Petro en el año 2023, después de despejarse la ruta financiera en 2022 con las aprobaciones de la Ley de Presupuesto y la reforma tributaria, son un compromiso constitucional con la sostenibilidad fiscal y el crecimiento de la economía, según lo indicó Henry Amorocho, profesor de Hacienda Pública y Presupuesto de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario.
Al analizar los retos y desafíos económico fiscales 2022-2023, en académico explicó que, “para honrar el criterio de sostenibilidad fiscal, es necesario que el Estado como un todo inicie diálogos para evitar la volatilidad y la especulación del dólar, soportados en la aplicación del principio de coherencia macroeconómica que contempla la coordinación entre el Banco de la República y el Gobierno Nacional en cuanto a las metas monetarias y fiscales, para lo cual esperamos que comiencen a ceder la tasas de interés e inmediatamente la inflación se estabilice a finales del primer trimestre del próximo año”.
“El Banco de la República debe demostrar el músculo que tiene, como autoridad monetaria, para que mediante control persuasivo no permita que fuerzas subnormales de la economía sigan incidiendo en la devaluación especulativa de la tasa de cambio, que perjudica ostensiblemente la actividad productiva y la demanda agregada de los colombianos”, indicó el académico.
Con respecto al crecimiento económico, Amorocho explicó: “si visualizamos el panorama de una economía que en diversos frentes muestra señales halagüeñas como el incremento de las exportaciones no petroleras en cerca del 23%, así como de las reservas internacionales, la inversión extranjera directa y las remesas, se requiere tener una clara ruta de inversiones públicas que no permita mermar el crecimiento de la economía por debajo del 2,8% en 2023, pese a los estimativos menores que ha venido calculando el Banco de la República, el Fondo Monetario Internacional, la OCDE y el Banco Mundial”.
“Se espera que el Estado fortalezca el sector agrícola y la manufactura con los anunciados subsidios a los fertilizantes y el arancel cero para insumos agropecuario, e igualmente con una política integral de apoyo a las exportaciones menores con financiación cifrada en el adicional de presupuesto que, junto con el Plan Nacional de Desarrollo, tendrá su trámite en el legislativo a partir de febrero de 2023”, comentó el profesor de la Universidad del Rosario.
Señales para el mercado nacional e internacional
En su análisis sobre los retos y desafíos económico fiscales 2022-2023, Henry Amorocho señala que, pese a que se aprobó la reforma tributaria, su socialización y debate se tornó álgido, dejando un panorama confuso en el escenario económico nacional y en los mercados internacionales.
“Es preciso destacar el componente emocional que se generó por declaraciones salidas de tono técnico, como las del gremio de los industriales, que manifestó que los empresarios tendrían una carga fiscal del 60%, ante lo cual el ministro de Hacienda, con cifras oficiales, demostró que era del 30%. Así mismo, el Gobierno apaciguó el temporal de la crisis del sector minero-energético, dándole continuidad a la presidencia de Ecopetrol y generando señales amables, aunque no abiertamente contundentes, sobre la suspensión o no de la realización de nuevos contratos de exploración y explotación de petróleo”, dijo.
Para el académico, “esto generó incertidumbre y especulación en el mercado cambiario, que mantuvo el dólar sobre devaluado en octubre y parte de noviembre en cerca de $460 por sobrecompras del mismo. La divisa ha transitado por sucesivas jornadas de bruscos movimientos de volatilidad a la baja y al alza que la mantienen en cerca de $4900. Se espera que siga bajando y subiendo hasta alcanzar un comportamiento cercano a los $4750 a finales de diciembre de 2022”.
Cierre de las variables económicas
En su análisis, Amorocho señala que el crecimiento económico está perdiendo dinámica. El crecimiento del 7% en el tercer trimestre del año en curso es indicativo que el consumo comienza a rezagarse por un aumento continuo de la tasa de interés que se traduce en desaceleración del crecimiento, tal como se registra en agosto con un comportamiento del 9% y en septiembre del 4.2%.
“El descenso en el consumo de los hogares que cayó en un 2,2% nominal, viene siendo una de las consecuencias de enfrentar la inflación de manera constante con tasas de interés y sin acciones que conduzcan a fomentar la producción en los distintos sectores de la economía colombiana. Por demás, el consumo también se ha afectado por el tríptico inflación, devaluación y la disminución de la demanda de crédito”, afirmó el profesor de la Universidad del Rosario.
Para el experto en Hacienda Pública y Presupuesto, “dados los comportamientos de las variables económicas analizadas y a una activa y adecuada ejecución del presupuesto y de la política pública del Estado, se dé un crecimiento económico a finales de 2022 cercano al 7%, una tasa de interés cercana al 12.3%, una inflación del 12.5%, una tasa de cambio cercana a los $4.750, un crecimiento proyectado de 2.8% con inflación del 7% para el 2023 y una disminución del déficit fiscal cercana al 5% del PIB sin fondo de combustibles”.
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