Por: Wilmar Jaramillo Velásquez
Periodista y Comunicador Social
Néstor
Humberto no actúa solo, de manera siniestra mueve los hilos con su cómplice
Francisco Barbosa, que no solamente le garantiza impunidad, sino que le mueve
con celeridad los procesos en contra de los periodistas que le incomodan a su
paso.
Lo
curioso de esta notable persecución a la prensa, es que solamente cobija a
respetables figuras, críticas al establecimiento, claramente se refleja una
retaliación contra quienes no se han dejado tentar por el poder del gobierno y
que por el contrario se han dedicado a cumplir con responsabilidad la misión
ética de mantener informados a los colombianos. Los periodistas adictos el gobierno
son intocables, protegidos y fletados con
todas las garantías.
Néstor
Humberto Martínez, arremete con toda la sevicia contra la periodista Cecilia
Orozco, columnista de el Espectador y directora de Noticias Uno, justamente el informativo
que más incomoda al actual gobierno y los anteriores, una de las plumas más prestigiosas
del país, que tanto nos ayuda a mantener los equilibrios informativos en estos
duros momentos de servilismo al ejecutivo y sus lacayos.
Uno
quisiera ver a medios como Caracol RCN, la W, Blu Radio, El Tiempo, unidos en
una sola voz en defensa de la periodista y de otros también víctimas del acoso
judicial, pero no guardan silencio cómplice, son temerosos al gobierno, temen
vulnerar sus compromisos con el poder.
Pero
también la sociedad decente que le sobrevive a Colombia se debería movilizar en
este caso, donde está amenazada la libertad, derechos constitucionales, pero
no, unas pocas voces se han levantado en su apoyo.
Entre
estas voces y muy contundente por cierto está el mensaje del exmagistrado, José
Gregorio Hernández, expresidente de la Corte Constitucional quien escribió en su
cuenta de Twitter:
“El derecho a la información es fundamental. Los
medios son libres (Art. 20 C.P.). La actividad periodística goza de protección
"para garantizar su libertad e independencia profesional" (Art 73).
"El secreto profesional es inviolable (Art. 74). Todo eso está vigente.
@NoticiasUno”
La
Fundación para Libertad de Prensa PLIP, se ha convertido en férrea defensora,
no solamente de esta colega, sino de otros como, Julián Martínez y Yohir
Ackerman, víctimas del brazo siniestro de la fiscalía.
También
la revista Cambio está en la mira de la Fiscalía y desde luego el periodista
Daniel Coronell, a quien hace años como se dice en el argot popular “el
gobierno le lleva ganas”
Como
se puede apreciar no se trata de un caso aislado, es un montaje bien calculado
del actual gobierno en relación con la prensa libre, que como no ocurre en
Venezuela, no ha movido las fibras de la sociedad doble moralista como la
nuestra.
Ni
en los peores momentos del mandato de Julio Cesar Turbay el país vivió este
tipo de aberraciones en contra de la presa libre.
La
intentona de la Fiscalía de inspeccionar los archivos de Noticias Uno y de la
Revista Cambio, será la peor afrenta del establecimiento contra la libertad de
presa en Colombia y el mundo civilizado lo debe saber, se debe pronunciar de
manera contundente.
“A
mí también me está persiguiendo la @FiscaliaCol con una denuncia infundada del
ex fiscal Néstor Humberto Martínez. Este acoso judicial es bastante
intimidante”, escribió Julián Martínez en su cuenta de Twitter.
“Frente a esta
situación, preocupa el avance en la investigación penal cuando
evidentemente es un caso de acoso judicial emprendido por Martínez, con el que
se desconoce las garantías mínimas de la libertad de expresión y el deber de
tolerancia al escrutinio público que debía soportar como funcionario público”
“La denuncia
iniciada por el exfiscal y el impulso del proceso, sabiendo que se
judicializa un asunto protegido por la libertad de expresión y que tienen como
fin acallar críticas, sugiere un mal uso de la función pública para
contrarrestar algunas discusiones de trascendencia social. Esto tiene un fuerte
potencial silenciador porque enfrenta a los periodistas al dilema de ejercer su
oficio o enfrentar sanciones de diversos tipos, incluidas las económicas”, dijo la FLIP en su pronunciamiento
de apoyo a estos periodistas.
Hay
que agregar que Cecilia Orozco ha sido además víctima de amenazas y
seguimientos irregulares, Julián Martínez y Yohir Ackerman se encuentran fuera
del país intentado proteger sus vidas.
Al
país le quedan aún dos años de una fiscalía que, en vez de garantizar, de
proteger los derechos de los ciudadanos, se ha dedicado perseguirlos, a
coartarlos, antes que llegue un nuevo fiscal, comprometido con la autoridad,
con la ley y sobre todo con la institucionalidad.
Dos
años de pesadilla en los que pueden ocurrir muchos atropellos, mientras Néstor
Humberto Martínez, que debería estar preso, siga trabajando en llave con
francisco Barbosa y sus secuaces.
Nuestra
frágil democracia terminará de hundirse si sujetos tan cortos de pensamiento,
tan limitados e su concepto de sociedad como Barbosa y Néstor Humberto se salen
con las suyas acosando periodistas para que no incomoden al poder, forzándoles
a guardar silencio, mientras ellos y sus patrocinadores se roban el país,
incluyendo hasta los dineros de la paz.
Cecilia
Orozco, Julián Martínez y Yohir Ackerman deben saber que no están solos, que en
Colombia sobrevive gente decente que no se dejará amilanar por el terror y el
poder impuesto, por quienes con los dineros públicos fueron asignados para
defendernos.
*Esta columna es responsabilidad directa de su autor
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