Victoria Eugenia Echeverri A
Directora Ejecutiva
Fenalco Risaralda
Todos los colombianos tenemos la responsabilidad de trabajar en función del fortalecimiento y el respeto por la institucionalidad como sustento de nuestra viva Democracia. La unión, es la base clave para salir airosos hacia el mañana promisorio, en colectivo.
Las organizaciones civiles, los servidores públicos, los políticos, somos determinantes por nuestros contactos directos; como puentes entre las necesidades ciudadanas y las decisiones que se tomen desde la administración pública. Al tener clara las bases de los problemas, se debe generar una completa comunicación entre lo público y lo privado, para el diseño de políticas, procesos de transparencia, alternativas de solución reales y la decisión para implementarlas.
La participación ciudadana a través de las asociaciones, es un derecho y un asunto ético; porque somos los que vivimos las problemáticas y tenemos propuestas de respuestas positivas para aumentar e incrementar la calidad de los servicios públicos, salud, educación, empleo, tomando distancia crítica.
Hay que hablar con la comunidad, entender sus necesidades; para mejorar los diagnósticos, sin tragar entero, opinando, investigando y denunciando cuando toque, con la solidaridad y el respeto de todos, para seguir construyendo, sobre lo construido, continuar por una senda de crecimiento sostenible, hacia una sociedad más incluyente y esperanzadora.
La invitación entonces; es a dialogar, estar atentos, a escuchar propuestas y a encontrar consensos necesarios, con apertura y confianza, con pactos de gobernabilidad, teniendo cuidado de no ahogar por la vía tributaria, a las Empresas, motor del crecimiento económico; hacerlas más grandes y más fuertes para generar empleos, ingresos e impuestos; a ampliar la base de los contribuyentes de manera amistosa y tranquila, caminando hacia adelante, hacia la equidad, con un propósito común de conciliación, sin autoritarismo, potenciando la tolerancia y la privacidad, con gradualidad y decisión, sin violencia, por un futuro de oportunidades, aprovechando el impulso en pos de la modernidad.
La historia de Colombia está llena de acuerdos y de oposiciones reflexivas y vigorosas, para evitar los excesos de poder, ejercer el control político y custodiar las libertades para avanzar en los entendimientos, con decisión, permaneciendo vigilantes en función de la verdad y la honestidad, incentivando los valores para salir adelante, entendiendo que este territorio que nos tocó es un Paraíso, fuente de Progreso.
Hay que generar discusiones necesarias, con reflexión crítica de los desacuerdos, tramitándolos con el espíritu de recorrer un camino, que permita escuchar todos los sectores, concertando los temas y los contenidos importantes, alcanzando acuerdos programáticos.
Dialogar, en mesas de discusión y análisis, en tono propositivo para que surtan efectos serios después de profundizar en varios aspectos, con transparencia; informando a los ciudadanos en lenguaje sencillo, que se gestiona, cuáles son los efectos esperados, el uso de los recursos, rindiendo cuentas de manera permanente e incluyente, con datos abiertos que permita a la comunidad, acceder fácilmente a la información en todo momento, promoviendo procesos de participación para expresar sus opiniones colaborativas, avanzando hacia una planeación en equipo y consensuada en las acciones a emprender y la orientación al presupuesto público.
Se requiere una gerencia pública ordenada, organizada con procesos claros e identificación de rutas, con control de riesgos, para un País bien gobernado, con una oposición con buenas intenciones; que pula, afine, moldee mejore los productos y los mantenga en forma, como una oportunidad de representatividad que permite nuestro fértil sistema democrático, para construir desarrollo social y progreso económico, prosperidad y equidad, con objetivos comunes, superiores y prioritarios.
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