Foto: Gobernación de Risaralda |
Con voz entrecortada y lágrimas de alegría en sus ojos, doña Libia Valencia de Toro, considerada la eterna rectora del colegio Laboré de Santa Rosa de Cabal, observa desde uno de los andenes la demolición de esta emblemática institución educativa de Santa Rosa de Cabal que empezó su proceso de modernización en el mismo predio donde funcionaba.
Es una lucha que desde el inicio de su mandato dio el gobernador de Risaralda, Víctor Manuel Tamayo Vargas, ante el Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa –FFIE- del Ministerio de Educación Nacional.
En el acto de regalo a Risaralda, el gobernador Víctor Manuel Tamayo impuso la Gran Cruz de Risaralda en la categoría Orquídea a la exrectora, Libia Valencia de Toro, por su servicio altamente meritorio como mujer, quien estuvo al frente de la Institución Educativa por 18 años, tiempo en el cual estuvo comprometida con el progreso académico de la región; hoy ya pensionada.
A la mente de la reconocida educadora, se vienen una cantidad de recuerdos y anécdotas vividas durante los 18 años que estuvo como rectora, después de recibir la dirección del colegio de las Hermanas Vicentinas, de quienes tiene un gran agradecimiento, así como del exgobernador y honorable ciudadano, José Ramón Ortega.
Doña Libia ejerció sus estudios de primaria en la escuela San Vicente del municipio de ‘Las Araucarias’, luego llegó al Labouré donde obtuvo el título de Normalista en 1959. Se fue para Bogotá donde hizo su pregrado en la Universidad Pedagógica Nacional. En 1976 volvió al Labouré y ejerció la docencia. “De las Hermanas Vicentinas recibimos múltiples enseñanzas y valores que en este momento nos han servido para llevar una vida digna”, recuerda.
En 1979 las hermanas Vicentinas dejaron la rectoría del colegio y Libia Valencia de Toro fue le encargada de seguir impartiendo su legado, asumiendo con total responsabilidad y profesionalismo la rectoría desde el año 1980 hasta 1998.
“Tuve una vida muy agradable, ejercí mi profesión con gran amor, tuve un gran apoyo en la coordinadora académica, Regina Loaiza; de disciplina y orden, Gladys Salazar de Hoyos; y de un excelente grupo de profesores que impartían con ética y amor las enseñanzas”.
Para ella, el Labouré ha sido “cuna de la educación santarrosana, de la mujer, porque fue allí donde nos formamos las primeras mujeres de Santa Rosa. Para las hermanas Vicentinas un sentido agradecimiento, muchas exalumnas desempeñan cargos importantes, son buenas mamás, ciudadanas y representan con honor todos los valores recibidos”.
Una nueva historia
La vieja estructura del Labouré no funcionó más, por ello, fue uno de los megacolegios priorizados desde el año 2015 ante el Ministerio de Educación Nacional. Sin embargo, problemas con los contratistas y la posibilidad de ser adecuado en un predio diferente, impidieron su normal desarrollo.
Desde el mismo momento que asumió el gobernador Tamayo Vargas su mandato, la primera tarea fue reactivar este megacolegio, defendiendo la idea de que el nuevo Labouré tenía que ser modernizado en su predio original, y así lo cumplió, destinando además más de $4 mil millones para obras complementarias, de una inversión que supera los $9 mil millones.
“La vieja estructura ya está demolida para dar una nueva cara al desarrollo del municipio y a partir de hoy damos inicio a la construcción de un nuevo bloque moderno, innovador y con todas las garantías”, señala el mandatario de los risaraldenses.
La celebración de los 55 años del departamento fue el motivo perfecto para homenajear a una mujer que ha luchado por la educación del municipio, y en especial, del Labouré.
“Tenemos que aceptar la realidad y con mucho amor y paz interior saber va a ser construido en una estructura diferente, pero en su esencia sigue llevando los valores del colegio”, manifiesta doña Libia.
Su misión, además de educar con vocación y mucho amor, ha sido la de defender las enseñanzas de las Hermanas Vicentinas por generaciones e impartir ese gran sentido de pertenencia por el colegio; de allí su frase de batalla: “Todos somos Labouré”.
Algunos datos históricos del colegio Labouré:
Fue fundado por la Comunidad de Hermanas Vicentinas iniciando labores el 15 de febrero de 1934 gracias a la aceptación que tuvo de la ciudadanía de Santa Rosa de Cabal.
En 1949 por resolución del Ministerio de Educación se dio aprobación al bachillerato académico y en ese año recibieron su diploma los primeros bachilleres, 162 alumnas.
En 1951 se aprobó la Normal cuya primera promoción se llevó a cabo ese mismo año.
El colegio conservó su condición de entidad privada hasta 1974. A partir de ese momento pasó a la Gobernación de Risaralda como un colegio de carácter público.
Fuente: Gobernación de Risaralda
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