Directora Ejecutiva
Fenalco Risaralda
La economía en los últimos tres meses, ha logrado un repunte sorprendente a pesar del aumento en los precios. Se han dado muestras de resiliencia para responder a la reactivación y al mayor consumo de los hogares.
La dinámica económica despierta gran optimismo, ya que las ventas al por menor y la confianza del consumidor se mantienen sobresalientes en este último bimestre 2021. Sólo el ahorro de los hogares se ha reducido, y persisten riesgos de posibles nuevas olas y picos de contagio del Covid que impactan las cadenas de suministros al golpear y aumentar los costos de transporte y materias primas.
Ya en Navidad con las luces titilando, comienza a volver a la normalidad segura con los esquemas completos de vacunación en algunas edades y con la tercera dosis. Urge entonces, no bajar la guardia en el contexto de la reactivación sectorial comercial del 14.13% y el 54% de aumento en las ventas.
La perspectiva del comportamiento económico es positiva, pero hay que recalcar en la importancia de mantener las medidas de protección y precaución, porque la pandemia aún no termina. Esto implica analizar y entender los cambios en la dinámica de los negocios, las nuevas expectativas y comportamiento de los clientes, el papel que cumplen las tecnologías de la información y de la comunicación en esta nueva etapa.
Lo primero que tienen que hacer los empresarios es optimizar las inversiones de capital, controlar los gastos operativos, diseñar un plan de mediano y largo plazo, que permita incrementar las ventas y lograr la rentabilidad esperada.
Lo segundo, es redefinir de manera constante la propuesta de valor que están llevando al mercado e identificar las fortalezas y las nuevas capacidades que requiere la organización de cara a las nuevas realidades y exigencias de los consumidores, cambiando las reglas de trabajo para innovar, reinventarse y organizarse de manera permanente, siguiendo un proceso continuo de aprendizaje y trabajo en equipo para alcanzar los mejores resultados. Esto implica articular tecnología, procesos y personas para avanzar hacia un mismo objetivo, con una estrategia clara de negocio, que tenga en cuenta que no hay fórmulas únicas y que cada sector tiene características diferentes.
Bajo este panorama las empresas tienen que adaptarse, reorganizarse y fortalecerse con las estructuras y gobiernos corporativos para atender las necesidades en la administración del entorno en procesos interactivos y progresivos. Deben canalizar sus esfuerzos en iniciativas que agilicen el modelo de prestación y entrega de servicio, donde se integren estrategias transversales, como servicios compartidos y plataformas de colaboración.
Las tendencias están encaminadas a capitalizar las huellas digitales que dejan los datos históricos de la organización para pronósticos inteligentes, tecnología integrada, automatización e inteligencia artificial, manteniendo coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, para generar respeto y credibilidad ante los grupos de interés. El éxito de la empresa depende de las buenas prácticas que garanticen el desarrollo sostenible con negocios inclusivos, relaciones con la comunidad y acciones en favor del ambiente.
Sobre la evaluación y gestión de los riesgos empresariales, el 76% creen que sus empresas pueden responder de manera eficaz a una emergencia. Sin embargo, solo el 49% cuenta con manuales para la gestión del riesgo y solamente el 32% ha llevado a cabo ejercicios de simulación de emergencias, fortalecer entonces el sistema de gestión de riesgos tanto operacionales como estratégicos es fundamental, para garantizar la continuidad de los negocios y focalizar los planes de acción realizando el ajuste oportuno a las estrategias.
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