NO A LA MUERTE, SÍ A LA VIDA
Por: Uriel Escobar Barrios, M.D. *
Oración por Colombia
Son momentos difíciles los que estás atravesando, amada patria.
Estás viviendo el dolor de tantos hijos tuyos que no tienen las condiciones materiales para una vida digna.
Tantas injusticias, tanta discriminación acumulada a lo largo de los años te han llevado a este nivel de postración.
Le pido al Creador, en este momento tan doloroso de tu historia, que te ayude para que le dé claridad y discernimiento a cada uno de tus hijos. Y que entiendan
que solo a través del diálogo, del desprendimiento de privilegios y pensando en el bienestar colectivo es posible reconstruirte.
Aceptándonos, trabajando juntos por conseguir la tan anhelada justicia social es posible vivir en un país fraterno, solidario y en paz.
¡Que así sea!
El país está transitando por una de las peores etapas de su historia como nación, desde que fue constituida como república independiente hace 201 años. El 28 de abril del 2021 será recordado como una fecha que dio inicio a una protesta de miles de colombianos que salieron a las calles, desafiando la tercera ola de la pandemia, que está provocando más de 16.000 casos de infectados y cerca de 500 muertes diarias; pero como se lee en algunas pancartas que exhiben los marchantes: “Peor que el virus, es el hambre y la pobreza”.
La gota que rebosó el vaso fue que el gobierno de Iván Duque hubiera radicado ante el Congreso la propuesta de reforma tributaria o ley de solidaridad sostenible, por medio de la cual se buscaba fortalecer la economía del país y seguir implementando las medidas de apoyo social a los sectores más desprotegidos del país. Esta medida provocó el rechazo no solo de los sectores de la oposición, sino de organizaciones sociales y del propio partido de Gobierno, lo que llevó al retiro de la reforma y a la dimisión del ministro de Hacienda.
Este acto del Gobierno no fue suficiente para calmar la exaltación de la protesta, que se ha visto acompañada de actos vandálicos y del uso excesivo de las fuerzas del Estado, que han sido alimentadas por militarización o acompañamiento castrense en las ciudades donde el estallido social ha sido más fuerte.
Siete días después, según informe de la Fiscalía y del Ministerio de Defensa, las cifras son aterradoras: ¡24 muertos, 89 desaparecidos, 846 personas lesionadas! Sin contar los graves daños provocados a la infraestructura del país. La patria está herida, y el grito que surge de sus entrañas es: ¡No sigan asesinando a más colombianos! Presidente, en sus manos está que en un gesto de grandeza se reúna, dialogue, establezca consensos con los sectores sociales que lideran esta protesta.
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