LA PAZ ES DIÁLOGO
Por: Uriel Escobar Barrios, M.D. *
El jueves 17 de enero del 2019 fue un día en el cual los colombianos asistieron entre asombrados y adoloridos a uno de los peores episodios de barbarie de los últimos años: un carro-bomba explotó y como consecuencia dejó muertos veinte estudiantes de la Escuela de Cadetes General Santander de la Policía en Bogotá.
El autodenominado ELN (Ejército de Liberación Nacional) reconoció ser el responsable de este atroz acto, que justificó de la siguiente manera en un comunicado dirigido a la opinión pública nacional e internacional: “La operación realizada contra las instalaciones de la policía es lícita dentro del derecho de la guerra, pues no hubo ninguna víctima no combatiente.
Además, esta escuela es una instalación militar; allí reciben instrucción y entrenamiento los oficiales que luego realizan inteligencia de combate, conducen operaciones militares y participan activamente en la guerra contrainsurgente”.
La reacción de gran parte del país no se hizo esperar: se han realizado múltiples manifestaciones de apoyo a la Policía Nacional, en rechazo unánime a los atentados de este grupo guerrillero. Pero en medio del dolor afloraron las rivalidades que se han agudizado en los últimos años entre los colombianos: por un lado, están quienes apoyan el endurecimiento y la ruptura de los diálogos de paz por parte del Estado; y, por el otro, los que propugnan continuar las negociaciones que lleven al fin del conflicto que por tantos años ha golpeado a prácticamente toda la geografía nacional.
El presidente Iván Duque tomó dos decisiones que han generado una gran controversia en el país, como internacionalmente: la ruptura de los diálogos con el ELN, que se habían iniciado en el gobierno anterior, el desconocimiento de los protocolos firmados con este grupo y, como consecuencia de ello, la solicitud que se le hizo a Cuba (uno de los países garantes, junto con Noruega, Chile y Brasil) de capturar los delegados de esta guerrilla que se encuentran en La Habana.
La Historia nos ha enseñado que la única salida democrática, y que evita daños colaterales a la población civil cuando hay un conflicto en un territorio o entre países, es el diálogo. La guerra o los enfrentamientos armados llevan inevitablemente a muertes y desolación.
La situación que vive Colombia es de mucho dolor y rabia en contra de quienes perpetraron este repudiable acto. No obstante, la grandeza de una nación se mide por su capacidad para dialogar y llegar a acuerdos que favorezcan la convivencia fraterna.
www.urielescobar.net / Twitter: @urielbarrios16
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