LA FUNCIÓN DE LAS REDES SOCIALES EN EL MUNDO ACTUAL
Por: Uriel Escobar Barrios, M.D. *
Adentrarse en Facebook, Twitter o Instagram es explorar la variopinta expresión de la condición humana. “Quiero saber quién será el primer hombre con el que estaré en el 2017”, escribió una chica en los primeros días del año; y aunque lo hizo en unos términos un poco más crudos, mis inhibiciones ‘superyoicas’ (los imperativos morales) me impiden trascribirlo de manera textual; no obstante, sí me permiten hacer unas reflexiones al respecto.
¿Cuál era su pretensión: desafiar el orden imperante y hacer sonrojar a personas reprimidas; mostrar liberalidad; o conseguir varios machos que se disputen esa “oportunidad única” de estar con ella? ¡Pues la respuesta no se hizo esperar! Ese mismo día, 398 hombres se le habían ofrecido, ¡y que ella pusiera las condiciones!
“En el 2017 les deseo mucha felicidad y prosperidad a todos los colombianos, menos a Juan Manuel Santos, a ese… ojalá le vaya como a una…”, termine usted de completar la frase, amable lector, y dígame: ¿cómo se imagina que estarán el corazón y el equilibrio interior de alguien que piensa así?
Dichas manifestaciones son leídas por muchas personas. Facebook, una de las redes sociales más populares, tiene actualmente 1.230 millones de usuarios activos, y cada día se conectan en el mundo 757 millones. A través de mensajes como los evocados en los párrafos anteriores se puede tener una aproximación comprehensiva de comportamientos individuales y, además, colectivos, cuando se marcan tendencias predominantes.
La principal función que cumplen las redes sociales es la de comunicar, y esta es una radiografía muy objetiva de cómo se piensa en la sociedad actual. La banalización es la característica fundamental de la gran mayoría de mensajes: las personas –en su gran mayoría– se comunican a través de situaciones o hechos intrascendentes, como aquellas parejas que se dan besos apasionados o se juran amor eterno mientras lo registran profusamente en fotografías que acompañan con extensas dedicatorias; eventos que solo les importan a quienes los están viviendo.
Y llenar un profundo vacío existencial es otra de las funciones importantes de estas nuevas plataformas tecnológicas, que sin duda son una respuesta a la necesidad apremiante que tienen las personas de comunicarse por medio de trivialidades. www.urielescobar.net / Twitter: @urielbarrios16
*Uriel Escobar Barrios, médico psiquiatra. (Esta columna de opinión es responsabilidad directa de su autor)
¿Cuál era su pretensión: desafiar el orden imperante y hacer sonrojar a personas reprimidas; mostrar liberalidad; o conseguir varios machos que se disputen esa “oportunidad única” de estar con ella? ¡Pues la respuesta no se hizo esperar! Ese mismo día, 398 hombres se le habían ofrecido, ¡y que ella pusiera las condiciones!
“En el 2017 les deseo mucha felicidad y prosperidad a todos los colombianos, menos a Juan Manuel Santos, a ese… ojalá le vaya como a una…”, termine usted de completar la frase, amable lector, y dígame: ¿cómo se imagina que estarán el corazón y el equilibrio interior de alguien que piensa así?
Dichas manifestaciones son leídas por muchas personas. Facebook, una de las redes sociales más populares, tiene actualmente 1.230 millones de usuarios activos, y cada día se conectan en el mundo 757 millones. A través de mensajes como los evocados en los párrafos anteriores se puede tener una aproximación comprehensiva de comportamientos individuales y, además, colectivos, cuando se marcan tendencias predominantes.
La principal función que cumplen las redes sociales es la de comunicar, y esta es una radiografía muy objetiva de cómo se piensa en la sociedad actual. La banalización es la característica fundamental de la gran mayoría de mensajes: las personas –en su gran mayoría– se comunican a través de situaciones o hechos intrascendentes, como aquellas parejas que se dan besos apasionados o se juran amor eterno mientras lo registran profusamente en fotografías que acompañan con extensas dedicatorias; eventos que solo les importan a quienes los están viviendo.
Y llenar un profundo vacío existencial es otra de las funciones importantes de estas nuevas plataformas tecnológicas, que sin duda son una respuesta a la necesidad apremiante que tienen las personas de comunicarse por medio de trivialidades. www.urielescobar.net / Twitter: @urielbarrios16
*Uriel Escobar Barrios, médico psiquiatra. (Esta columna de opinión es responsabilidad directa de su autor)
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