Columna de opinión
NO A LA INTOLERANCIA. SÍ A LA CONCORDIA
Por: Uriel Escobar Barrios, M.D. *
Abimael es un hombre bueno. Un colombiano que a sus 73 años ha levantado en el camino de los valores y la ética del buen vivir a sus tres hijos, que ya son adultos. A pesar de ello, sigue trabajando con ahínco porque está convencido y lo expresa coloquialmente de la siguiente manera: “Con mi trabajo ayudo al desarrollo del país”.
Siempre le había conocido su carácter bondadoso, pero, cuando me preguntó cómo iba a votar en el plebiscito y le contesté que por el SI, inmediatamente tuvo un cambio repentino y vi emerger de su interior una parte desconocida de su personalidad y desenjalmado de su emocionalidad, me dijo: “Como se le ocurre!. Usted quiere que Timochenko sea presidente de Colombia?. Y que vivamos como Venezuela en ese socialismo atroz de Maduro?”.
Una vez repuesto de la sorpresa, le respondí: “Abimael, si en el futuro seis millones de colombianos lo eligen democráticamente como presidente, no tendría ningún inconveniente en aceptarlo y tratarlo con el debido respeto que se merece alguien que ocupe esa dignidad. Pero, le confieso que me perdí, no logro entender que tiene que ver el plebiscito con lo que usted me dice”.
Ese es el ambiente que se percibe en la calle y en las redes sociales: La polarización y la intolerancia entre los que van por el SI y los que van por el NO. En gran medida esta situación se presenta porque la mayoría de los líderes de opinión, no han manejado de manera adecuada el mensaje y la importancia que tiene para la vida republicana, el que podamos vivir en concordia, sin ofensas.
El domingo 2 de Octubre del 2016, es un día trascendental para el destino de nuestro país. A los ciudadanos se nos ha delegado la potestad para que opinemos sobre la Colombia que queremos ahora y en el futuro. Pero, un hecho importante para señalar es tener la seguridad, que independientemente de cual sea el resultado final, debemos ver esta jornada como un acto democrático, de respeto por el otro.
Creo, porque esa es la naturaleza de la mente humana, que entre más odios e intolerancias acumulemos, mayores serán los conflictos entre nosotros. En cambio, una actitud serena, compasiva y de perdón individual y hacia nuestros semejantes, nos permitirá sentar las bases de una nación que irrumpa con fuerza en los caminos de la concordia, la hermandad y la civilidad.
*Uriel Escobar Barrios, médico psiquiatra. (Esta columna de opinión es responsabilidad directa de su autor)
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