Este miércoles será su última edición con un informe especial que ya está listo, y el jueves todo el control será del conservador Luis Carlos Ramírez Múnera. Desde ese día, en el cabezote de El Diario del Otún irá también el logo de La Tarde durante un periodo de transición mientras sale el nuevo nombre del rotativo azul. Aunque en la práctica ya los Ramírez controlan La Tarde, y los periodistas que pasan al rotativo azul empezaron a recibir órdenes desde la noche de este lunes, al reunirse con su nuevo jefe. Los demás ya salieron y a la espera de la liquidación….
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La última foto del periódico La Tarde, tomada a las 6:00 p.m., de este lunes. (Suministrada a El Blog del Ministro) |
… Los cuatro periodistas que pasan a El Diario del Otún son: Pilar Salcedo, Yuliana Arias, Tatiana Arias y Luis Fernando Cardona, y los diagramadores Rober Julián Calvo y Alejandro Valencia. Y del periódico Q´hubo pasan dos periodistas y su coordinadora María Eugenia Velásquez. En tales condiciones, Ramírez Múnera consolida su poderío de en medios al acabar con la competencia roja, al tener acciones en Antena de Los Andes, ser el dueño de Latina Estéreo (En la ciudadela Cuba) y de Azúcar Estéreo en La Virginia, del periódico Vea Pués, y de controlar el periódico Q´hubo....
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... Los dejamos con esta historia, la verdadera historia de La Tarde, que naciendo azul, se convirtió a roja, y hoy vuelve a sus orígenes conservadores, con Luis Carlos Ramírez como jefe, quien en los orígenes de La Tarde fue uno de sus redactores...
Una historia tardía:
El verdadero origen de La Tarde
Con 41 años recién cumplidos, el diario La Tarde ha dejado de existir. Y a lo largo de estas cuatro décadas, nunca este periódico les contó a sus lectores la verdadera historia de sus orígenes.
Los diferentes cronistas que han escrito sobre el tema, han incurrido en imprecisiones y en verdades a medias que el propio periódico no se afanó en aclarar. Como aquel artículo escrito por el ex notario Alfonso Gutiérrez Millán quien aseguraba que La Tarde había sido fundada por César Augusto López, lo cual no es cierto.
El nacimiento de La Tarde fue una idea del entonces director de La Patria, José Restrepo Restrepo, en su afán por darle un nuevo periódico a Pereira para atender el alto flujo informativo que ésta región generaba. Sin embargo, esta decisión se volvió en contra de La Patria que tenía capitalizada la circulación en el Eje Cafetero. VER MAS..
De esa misión, Restrepo encargó al poeta y escritor Ovidio Rincón, nacido en Anserma (Caldas) y cuyo primer centenario de natalicio se conmemoró el año pasado.
La Tarde nació como vespertino, de orientación liberal, con circulación de lunes a sábado. Sus primeros ejemplares circularon con 12 páginas en tamaño tabloide.
Bajo la dirección de Iván Marulanda Gómez, quien hasta hacía poco se había desempeñado como Alcalde de Pereira, el primer ejemplar del periódico vio la luz en junio de 1975. En la jefatura de redacción estaba Abelardo Marín Aristizábal, quien por entonces era también director de RCN Pereira, acompañado por Luis Carlos Ramírez y Hugo Ocampo Villegas. Luego se unirían a este grupo Óscar Osorio, Fabio Echeverri y Luis Alberto Ruiz, entre otros.
El naciente vespertino tenía su sede en una edificación de la esquina de la carrera 5ª con calle 21, frente a la Escuela Boyacá, donde funcionaba el área administrativa y la redacción. Las tareas de diagramación, armado e impresión se hacía en Manizales en los talleres del periódico conservador La Patria que era su propietario.
Pocos meses después, Marulanda Gómez dejó la dirección de La Tarde y fue reemplazado por el también ex Alcalde Fabio Alfonso López. Pero La Tarde seguía siendo propiedad de los godos de La Patria. Bajo la dirección de López, a finales de ese primer año llegó a La Tarde el controvertido periodista César Augusto López, quien escribía la columna de opinión “Isla Negra”.
Tiempo después, los Restrepo pusieron en venta el periódico en una decisión que habría de costarles caro. Entonces se hicieron a la empresa varios personajes pereiranos como don Gonzalo Vallejo, Fabio Alfonso López, entre otros, quienes conformaron la sociedad Comunicadores de Risaralda. Bajo esa figura a finales de 1980 compraron la sede propia del periódico, en la carrera 9ª con calle 20, a donde instalaron sus oficinas y maquinaria.
El otro gran salto periodístico lo protagonizó La Tarde el 11 de enero de 1981, ya convertido en matutino, cuando apareció su primera edición en formato universal.
Para La Patria, a la larga este negoció les resultó perverso por cuanto prácticamente desapareció del mercado local, el cual tuvo monopolizado por varias décadas.
Un año más tarde, en febrero de 1982, se fundó El Diario del Otún, de orientación conservadora, con la consigna de ser la otra opinión de Risaralda.
La Tarde habría de sufrir una otra crisis económica que obligó a sus socios locales a buscar nuevos aportantes, lo que propició la llegada de los Galviz Ramírez, propietarios de Vanguardia Liberal y de otros tantos diarios en el país.
Es posible que La Tarde, a lo largo de estos 41 años, se hubiera abstenido de contar su verdadera historia porque le avergonzaba su origen conservador, dado que fueron conservadores (los dueños de La Patria) quienes la fundaron y la sostuvieron en sus primeros años de vida periodística.
Hoy, 13.165 ediciones después y tras una dura situación económica, la familia de Vanguardia Liberal decidió vender sus acciones mayoritarias a El Diario del Otún, actitud que emularon los socios minoritarios, entre ellos el ex presidente César Gaviria, Alcides Arévalo, Carlos Ramírez, entre otros.
La situación financiera de La Tarde había llegado a tal extremo que sino la vendía, no quedaba más remedio que cerrarla. Y en esos asuntos, los Galviz Ramírez no tienen ningún miramiento porque saben que un periódico es un negocio que debe ser rentable. Lo otro es romanticismo barato.
No hace mucho, el 15 de diciembre de 2012, los dueños de Vanguardia cerraron también El Liberal de Popayán, que circuló durante tantos años, por las mismas razones. En esa fecha, esta decisión fue registrada así por un diario nacional:
“Un duro golpe recibió ayer el periodismo colombiano al confirmarse el cierre del periódico El Liberal, de Popayán, por razones económicas, de acuerdo a lo señalado por el Grupo Vanguardia Liberal, accionista mayoritario. Los 35 empleados directos, entre ellos periodistas, fueron sorprendidos cuando se les anunció que la edición de ayer era la última después de 74 años de escribir la historia del Cauca, y de Colombia.”
Quienes ahora se rasgan las vestiduras esgrimiendo argumentos ideológicos o políticos frente al cierre de La Tarde, tal vez lo hacen desconociendo que un periódico es una empresa comercial y que como tal debe ser rentable. Lo demás, como lo dijimos antes, es romanticismo barato.
Gracias "rancho" por ilustrarnos. Más de uno quedamos ploppp... Y como dice Suso el Paspi.. Interesante pero discutuble!!!
ResponderEliminarExcelente nota periodística "Rancho" , de un periódico que me albergó por muchos años y donde inicie mi carrera como periodista y del cual guardo gratos recuerdos, fue durante una época dorada, escuela de periodistas, Juaco, Nelly, Bayona, El Chinche, Fabio Echeverry, Orlando Bermudez, Alonso Molina, Ubalgo Galeano, Gabriel Mottoa, Carlos Alfonso Victoria, Blanca Lucia Albealez, Pacho en deportes, Carlos Cardona, Y otros tantos que seria imposible citarlos uno a uno.
ResponderEliminarPor : Johnson Ortiz Parra
ResponderEliminarCorrían los primeros meses de 1975 cuando se concretaba la aparición de un diario liberal después del cierre de El Diario y luego de El Imparcial, dos periódicos que dejaron huellas en la historia de la ciudad.
Nacimiento que propiciaba el diario conservador La Patria de Manizales, ante el crecimiento desbordado que en lo comercial y en lo industrial mostraba la Novísima capital de Risaralda.
Y así nació La Tarde. Un diario liberal que contó con la dirección Ivan Gomez y un puñado de periodistas entre los cuales figuraban Abelardo Marin, Oscar Osorio y Hugo Ocampo, quien cubría los deportes y varios columnistas extraídos de todos los sectores de opinión de la perla del Otun.
De la mano experimentada de los Restrepos de La Patria, empieza operaciones en la primera sede de la calle 21 con carrera 5a, donde radique mi primera hoja de vida tratando de ejercer paralelamente el periodismo radial con el periodismo escrito.
Funciono así hasta el avistamiento de un grupo de dirigentes pereiranos que se dejaron tentar para que La Tarde fuera exclusivamente de capital pereirano. Y allí aparecieron César Augusto Lopez, veterano y reconocido periodista, el posterior al alcalde Fabio Alfonso Lopez, y otros más que decidieron enfrentar en reto de sostener el nuevo periódico.
A ellos quedó la decisión de continuar como vespertino y con ellos el cambio de dirección y planta de personal, ante emigración de los periodistas a otros medios.
En reemplazo de Abelardo Marin. Llegó Hernan Castaño, veterano periodista, quien por largo periodo orientó la sala de redacción, ya integrada por Experto reportero Guillermo Gomez Ramirez, quien hizo valiosos aportes y quien paralelamente trabajaba con el nuevo director, Cesar Augusto Lopez.
Con esta planta de veteranos, se estrenó la sede de la carrera Octava con calle 22, esquina.
Allí ante el retiro de Hernan Castaño. otro vallecaucano. William Quintero, fungió con Jefe de redacción, quien reforzó la planta con noveles periodistas como Hugo Ocampo, Fabio Echeverry, Johnson Ortiz, entre otros redactores y nuevos columnistas.
Fue una época de ires y venires. De concluir labores a las cuatro o cinco de la tarde para correr a la flota de taxis que se había acostumbrado a llevar el sobre con el material periodístico para que fuera "levantado e impreso en la rotativa de La Patria.
Así transcurrieron varios años. El vespertino llegaba entre las diez y once de la mañana, empacado y listo para su distribución en la ciudad y pueblos del departamento.
Su venta empezaba después del mediodía. Carreras venían, carreras iban. Los consejos de redacción, no faltaban. Las correcciones y llamados de atención estaban al orden del día. Ahí, por intermedio de Hernan y después de William, estaba César Augusto Lopez, y el ya alcalde de Pereira. Alfonso Lopez quienes orientaban administrativa y políticamente el diario liberal.
La Tarde, adquiría peso periodístico. Fueron llegando Alvaro Rodríguez Hernandez, Gerardo Betancourt.
Fue esta como la tercera etapa del transcurrir del periódico. Hacia finales del año 1979, el rotativo registra la salida de reconocidos periodistas y el asesinato de su director Cesar Augusto Lopez. Este hecho dividió la historia de La Tarde en dos.
Antes y después de César Augusto Lopez Arias.
Dos años más tarde, en 1982,se concreta la creación de El Diario del Otun de la mano del doctor ... Ramirez
Esos dos hechos fueron contundentes.
Su ausencia llevó a una composición accionaria, en la que llegaron los propietarios de Vanguardia Liberal de Bucaramanga y accionistas como la familia del ahora expresidente César Gaviria Trujillo.
Ingresan nuevos directivos. Se posesionaba como gerente el doctor Baena. Asciende como como director el antes fototecario...Uriel Hurtado... y asume Jefatura de redacción Alvaro Rodríguez Hernandez. Llegan periodistas como Juan Manuel Arango, ..
RETAZOS DE HISTORIA DE UNA EMPRESA PERIODISTICA QUE DESAPARECE EN MEDIO DE SILENCIOS. Por, Otoniel Parra Arias.Medellín, Junio 21 de 2016.- Yo conocí LA TARDE en la calle 20 con carrera 8ª esquina, cuando era tabloide y lo regentaban César A. López el grande y controvertido periodista ante quien se morían de miedo muchos de los que hoy en día hablan duro y recio del mismo, junto a Iván Marulanda "Palillo", quien trató de ser secretario de gobierno en la malhadada gobernación de Segio Fajardo en Antioquia, hace poco y Fabio Alfonso López Salazar.
EliminarInicié mis labores que durarían casi 10 años, cuando LA TARDE “ alargó pantalón” hacia el tamaño universal con la regencia de Vanguardia Liberal, Alejandro Galvis Ramírez con su un equipo administrativo, técnico y periodístico que este empresario trajo desde Bucaramanga para ayudar al nacimiento del periódico que hoy agoniza en medio de la vergüenza regional.
Recuerdo que uno de los capitanes de esta nueva empresa fue don Gonzalo Vallejo Restrepo, fundador de Risaralda, y por su apoyo personal logró sostenerse este periódico que en principio parecía iba a naufragar, pues apenas se estaban preparando vendedores de publicidad y periodistas de lo que sería el nuevo matutino con rotativa de verdad y equipos, para evitar los viajes diarios a Manizales para llevar el material “en chuspa”, en taxi contratado todos los días para su impresión en los talleres de La Patria.
La memoria es traicionera, pero de esta época, cuando empezamos en lo que fuera la casa del Dr. Molina el médico de los niños, en la calle 21 con carrera 9ª, recuerdo con gratitud al gran periodista Hernán Castaño H., quien fue el jefe de redacción fundador y bajo su experta mano, junto a Humberto Castaño “el ciego” Narváez, excelente fotógrafo paisajista y publicista.
Así mismo esa primera planta de redacción, con Humberto Tobón, quien era un jovencito entusiasta y ágil en sus movimientos y en su periodismo, al ritmo de salsa y merengue; Alvaro Rodríguez, Fabio Echeverry, Nicolás Díez, Paola Monsalve, Ubaldo Galeano, Héctor León Cuartas, Lucia Correa, Wilmar Jaramillo, quien pasó de portero de la vieja casona a excelente cronista y muchos otros que he registrado en otros apuntes del recuerdo.
LA TARDE ondeó su bandera de divisa liberal, con el comando de César Gaviria Trujillo, quien de representante a la Cámara pasaría ni más ni menos que a la Presidente de la República y sostuvo por muchos años esa batalla clásica entre grandes rotativos, en este caso frente al Diario del Otún, de los hermanos Ramírez, luego con Juan Manuel Arango Vélez y otros personajes, siempre en los órdenes clásicos de la competencia periodística y publicitaria. Como alguien dijo, un periódico es una empresa ante todo comercial y más allá de los postulados políticos y de honor está el “debe, haber y saldo” de los fríos renglones contables y de allí este tipo de escisiones y reacomodamientos en una telúrica periodística que nada respeta en cuanto a nostalgias y leyendas.
Por ahí pasamos y nos quedan amigos, formación y un pedazo de historia.
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